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Información del producto
Sí, los seres humanos son aficionados a cargar su U mente con muchas cosas por hacer: trabajo, pendientes, quehaceres, familia, amigos, tareas, inventarios... Lo malo no es eso, sino que por añadidura siempre habrá algo que no surge o se queda a la mitad, es entonces cuando se frustran. Eres un ser de luz, la luz más brillante que Dios dispuso para ti, pero has de saber que se está apagando con tanta ebullición que hay en tu cerebro. Es vital que hagas, que acudas, que resuelvas... pero descansa tu mente, dale un generoso respiro, porque corres el riesgo de explotar. Ve a caminar, siéntate en una banca, toma un café, un helado o sólo medita para que te relajes. Distraerte con algunas actividades lúdicas es ahuyentar ese pensamiento obsesivo de acumular ideas y, a la vez, encontrar soluciones. Una variante es que cambies la escenografía de tu habitación o lugar de trabajo: muebles, estantes, sillones y todos esos elementos donde acostumbras encerrarte con esas listas mentales. La idea es que tu cerebro deje de asociar ese espacio con el exceso de reflexión.